Las experiencias educativas deben ser entendidas como aquellas se llevan a cabo tanto dentro del aula como fuera e ella. El logro de una formación integral para el alumno dependerá no solo de los conocimientos recibidos en el aula, sino de la ampliación de los límites de los contextos de aprendizaje a diferentes ámbitos de la labor profesional y del desarrrollo social y personal.
Las experiencias educativas fuera del aula son aquellas que se realizan con propósitos formativos y que permitan al estudiante adquirir destrezas y actitudes, además de establecer las articulaciones pertinentes entre los conocimientos y la práctica social. Las actividades que se realizan bajo esta perspectiva permiten que los estudiantes despierten sus sentidos, se conecten con el espacio y relacionen los temas tratados en el aula con el contexto.
Es inegable que el trasladarse a lugares que han servido de escenario para grandes acontecimientos de la Historia activa sustancialmente un aprendizaje significativo en los estudiantes, ya que pueden reflexionar sobre los hechos, representados por restos y lugares que han servido de escenario de grandes acontecimientos.
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